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01/07/2009
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A los pies del Castillo de Bury Al-Hamma se extiende la
villa señorial de Baños de la Encina, que jugó en tiempos un importante
papel de guarda y defensa contra las avanzadillas cristianas y hoy conserva
con mimo una compleja conjunción de riqueza arquitectónica, valores
culturales y calidad ambiental difícil de encontrar en otros municipios de
la provincia. |
La localidad se encuentra en las primeras estribaciones al sur de Sierra
Morena (420 metros de altitud sobre el nivel del mar), a 52 kilómetros de la
capital, y con un fácil acceso a través de la autovía de Andalucía (Km.
288), a 6 kilómetros de ésta. Cuenta con una población de 2.747 habitantes,
repartidos entre el núcleo de Baños de la Encina y el antiguo poblado minero
de El Centenillo. Existieron otras pedanías como Araceli, los Monasterios,
los Guindos, colonia de Selladores, Rumblar o Virgen de la Encina, hoy
prácticamente despoblados o convertidos en lugares de recreo durante fines
de semana, puentes y vacaciones, que conservan aún el testimonio de un
pasado lleno de historia y tradiciones. |
Con una extensión superficial de 392 KM2 , el
término municipal de Baños de la Encina presenta dos zonas claramente
diferenciadas, dominadas de forma casi absoluta por un paisaje de dehesa,
sólo roto por una pequeña franja de olivares, al sureste, al pie del casco
urbano, y algunas parcelas aisladas de cereal. Una, la zona de valle, al
sur, en la que se localiza el núcleo urbano, de terrenos alomados con
pendientes suaves, y la otra, al norte, lindera con la provincia de Ciudad
Real, que cuenta en su mitad oriental con asentamientos mineros cuya
explotación ha condicionado el devenir histórico de este pueblo, mientras
que en |
Su mitad occidental forma parte del Parque Natural de la Sierra de Andújar, y que se eleva bruscamente hasta alcanzar cotas superiores a
los mil metros (Cerro de los Caballeros, con 1.093 m). Otros vértices
importantes son Selladores (968 m), Peñón jurado (932 m), Alarcones (762
m) y moro (677 m). El pasado de Baños de la Encina conserva las
primeras evidencias de existencia humana en los yacimientos encontrados
en las terrazas fluviales del valle del río Rumblar (Galay, Santa Inés o
Angulo), datadas entre los años 1 00.000 y 30.000 a. C. la transición
entre el Neolítico y la Edad de los Metales queda patente en la gran
cantidad de pinturas rupestres esquemáticas que se localizan en abrigos
y covachas al norte del término municipal. Aunque, quizás, la mayor
riqueza arqueológica se corresponde con el pleno desarrollo de la
cultura argárica en la cuenca media de¡ río Rumblar. También existen
evidencias de asentamiento de la cultura ibérica (Salas de Galiarda) y
de época romana.
En la Edad Media, con la ocupación árabe, agotada la principal
fuente económica de otras épocas, la minería, se intensifica la
especialización agraria, hasta el punto de convertir la zona más próxima
al núcleo urbano, Valdeloshuertos, y el propio núcleo, en un verdadero
paraíso artificial de agua y huertas a través de una compleja red de
pozos, aterrazados bancales y acequias, que se desarrollaban bajo la
atenta vigilancia de la fortaleza de Bury Al-Hamma, que ejercía un
estricto control administrativo y económico de la zona, a la vez que
servía como acuartela- miento de tropas y control y defensa de las
poblaciones más al sur de Sierra Morena.
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